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Ejercicio. Sí, pero a tu ritmo.

¿Cuántas veces te has planteado empezar a entrenar pero te satura solo el pensar en los ejercicios intensos que crees que deberías hacer?



Analiza tu situación inicial

Para empezar a entrenar, lo primero que nos tiene que quedar clarísimo es que solo podemos compararnos con nosotras mismas.

Por esto es importante analizar cuál es tu nivel de estado de forma.

El cómo medir la situación inicial de tu organismo dependerá de los ejercicios que quieras empezar a hacer (circuitos, carrera, bici, etc). Pero en otro artículo te hablaré de la importancia de tener a toda la musculatura bien activada para que puedas moverte como te plazca sin resentimiento corporal.

Por supuesto, también hay que tener en cuenta que de nada sirve medir tu estado de forma en natación para empezar un entrenamiento de patinaje.


Diseña tu entrenamiento con anterioridad

Es muy importante que los ejercicios sean elegidos mucho antes del entrenamiento. De esta forma, en el momento del entrenamiento solo vas a enfocarte en moverte y realizar aquello que ya tienes planificado.

De lo contrario, puede que la motivación de entrenar se desvanezca en los minutos previos mientras estás pensando en los ejercicios.



Planifica

Elige los ejercicios en base a tu nivel y a tu capacidad de adaptación y dedicación.

Cada semana tienes que modificar la intensidad (mejor si tienes en cuenta tus cambios hormonales y energéticos) para que puedas ir progresando respetando la capacidad de tu musculatura.